jueves, 9 de septiembre de 2010

Cada colombiano es responsable de recolectar los residuos peligrosos


Hay nueve programas en todo el país que abarcan los diferentes tipos de desechos.

El medicamento que no terminó de tomarse; las pilas del juguete o los bombillos que ya no sirven; las baterías de los carros, los celulares pasados de moda, las llantas de los vehículos, las botellas en las que se han envasado químicos, los aceites usados o los cartuchos gastados de la impresora son residuos fabricados con sustancias muy contaminantes, que no deberían botarse a la caneca, por el sifón de un lavamanos o a los ríos, como hoy ocurre.

El país dejará de quejarse y aplicará una solución, con nueve programas de posconsumo, cuatro obligatorios y cinco voluntarios, para que los colombianos arrojen esos desperdicios a sitios adecuados, donde se destruyan sin contaminar. La iniciativa, pionera en Europa, en Surámerica sólo se aplica en Colombia y Brasil.

El Gobierno y la Asociación de Industriales (Andi) están convenciendo a los fabricantes para que cierren el ciclo de 'vida' de sus productos y evitar que terminen en rellenos sanitarios, donde es imposible reciclarlos.

Sólo en pilas, en el 2011, se deberán recoger 8 millones, de las 200 millones que se venden al año (11 mil toneladas). Se prevé que esta cifra subirá a 100 millones en 10 años. Una meta similar está prevista para los bombillos, de los 102 millones que se comercializan anualmente.

Las metas de recolección para los fabricantes no son opcionales. Para cumplirlas, deben motivar a la ciudadanía para que acopie los residuos en empresas y hogares y los lleve a sitios apropiados.

"Ahora el turno es de la gente, que ya no tiene excusa para decir que no sabe qué hacer con estos artículos", explicó César Buitrago, director de Desarrollo Sectorial del Minambiente.

En San Andrés, la operación posconsumo es urgente: Por las dificultades sanitarias que enfrenta San Andrés, los planes de posconsumo tendrán que ser aplicados obligatoriamente por los empresarios antes del 2013 en todo el territorio insular.

Esto, en vista de las dificultades para evacuar los residuos peligrosos de este departamento, pues, en su capital, los habitantes suelen arrojar a las calles teclados de computadores, llantas e, incluso, partes de automóviles.
Por: El tiempo.com

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