martes, 22 de septiembre de 2009

Sensibilización y compromiso ambiental

Calidad del aire, sequía y erosión del suelo








Quien contamina paga. Ojalá fuera cierto pero es mera propaganda política. Sin embargo va a resultar que la atmósfera se toma la justicia por su cuenta. Recientes estudios muestran que la contaminación del aire generada por las actividades industriales incrementa el número de partículas en suspensión atmosférica, pero a costa de disminuir su tamaño. Hablamos de aerosoles. Estos últimos actúan como nucleadores del vapor de agua que, al convertirse en gotas, terminan por caer al suelo en forma de precipitaciones. No obstante si el tamaño de los aerosoles es demasiado pequeño, también lo es su potencial para condensar el vapor de agua. Dicho de otro modo, las gotas son demasiado pequeñas como para formar las nubes que desprenden precipitaciones. Y al acaecer tal proceso, no se reduce la cantidad de agua precipitada, sino que cuando llueve, lo hace de un modo más torrencial en detrimento de la de naturaleza más suave. En otras palabras, se induce un aumento de la torrencialidad. Como corolario, los suelos en lugar de empaparse lentamente hasta saturarse, sufren el impacto de tormentas intensas que incrementan la escorrentía superficial, el sellado del suelo y la erosión. Resultado: para una misma cantidad de precipitación anual se incrementa el déficit hídrico (sequía), disminuyendo la producción de cosechas y fomentando la erosión de los recursos edáficos. Tal narración pudiera parecer a algunos “el cuento de caperucita”. Pues no es el caso. Investigaciones recientes llevadas a cabo en China “parecen” demostrar que la sequía que padecen extensas zonas del NE de aquél país es debida a la contaminación del aire que aqueja a sus ciudades, y no a cambios en la circulación atmosférica, ni al vapor de agua que contienen.

Es palmario que las investigaciones actuales sobre el cambio climático no van a lograr frenar el aumento en el efecto de invernadero. De eso se encargan con fervor inusitado la economía bobalizante y sus defensores. Sin embargo, vamos a aprender algo más a cerca de cómo se ha generado todo este proceso catastrófico, así como mejorar ciertos procesos biogeosféricos subyacentes. En este contexto, diversos estudios constatan como las partículas de materia en suspensión aérea desempeñan papeles muy relevantes sobre el clima y algunos eventos atmosféricos que hace años ni vislumbrábamos. Hemos intentado varias veces hablar de este tema. Sin embargo, resulta harto complejo, por cuanto no depende del número de partículas o aerosoles que contiene el aire si no que también influyen su composición,tamaño, etc.

Ya sabemos que la mala calidad del aire genera lluvia ácida, a demás de afectar gravemente la salud de la población que la padece. Ahora bien, lo que acabamos de comenzar a narrar nos parece bastante más insólito y novedoso, por cuanto quedan vinculadas contaminación del aire, lluvias útiles para la producción agropecuaria, tormentas que puedan dar lugar a erosión e inundaciones, así como el agravamiento de los problemas de desertización. ¡Vaya lío!. Digamos que en China su falta de cuidado por la contaminación atmosférica induce pobreza y falta de agua en el agro, poniendo en riesgo su seguridad alimentaria. Y todo ello sin que quede afectada la cantidad total de agua precipitada. Ósea que por los designios biogeosféricos, el país que contamina paga, aunque el peso directo de tal desastre recae, como casi siempre, sobre las espaldas de los más desheredados, en este caso los campesinos. A demás de obtener menores cosechas, el gobierno de este país les recortan los suministros de agua, con vistas a que la China capitalista siga contaminando. Esto es a lo que yo llamo justicia bobalzante.
Juanjo Ibáñez
Foto: Contaminación del aire en China. Fuente: Treehugger

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