jueves, 10 de mayo de 2012


Día mundial del medio ambiente, junio 5

Caminata ecopedagógica Juampablista 2012


Estudiantes del grado sexto y undécimo, algunos padres de familia, agentes de policía, José Heli “el mono” como cariñosamente lo llaman y docentes se reunieron a las seis de la mañana en la vía vehicular a la altura del patio número dos, el profesor Héctor Rogelio saludó y dió las últimas recomendaciones, un padrino recogió los permisos, algunos compañeros corrieron a comprar más agua y mecato porque consideraban que llevaban poco para el compartir.

En primer lugar, el profesor Héctor indicó el objetivo de la actividad e inmediatamente se inició el recorrido  por entre los árboles de cedrillo, laurel, cenizos, tunos, arrayanes, lacre, yarumo, entre otros, con un descenso  bastante prolongado a la primera microcuenca convertida actualmente en una escorrentía por  efectos de la tala indiscriminada en las partes altas de la montaña. Después de escuchar la explicación de la anterior situación se ascendió unos diez metros, para luego descender a las anheladas neveritas; lugar preferido por los Juampablistas, que de vez en cuando se escapan para disfrutar de sus aguas frías, ésta aún se puede considerar como una microcuenca aunque por su lecho no corre mucha agua en época de verano.



En unos minutos, se reinició con un nuevo ascenso, a la mitad del trayecto el profesor hace la explicación de los estratos del bosque: el arbóreo, el arbustivo y el herbáceo, este último escasea en este sector por la falta de iluminación solar. Luego se desciende un tramo y a continuación se camina por el lecho del Caño Juampablito, bautizado así por el Ingeniero Henry Corredor en la época de la reforestación del bosque, en la que se sembraron 12.500 árboles de especies nativas. Después iniciamos un recorrido por un lugar más o menos plano hacia la roca del amor, observando a la vera del camino el tronco de un árbol legendario de Caño fistol, siguiendo por esta ruta se encuentra más adelante la segunda neveritas, donde se llevo a cabo el primer descanso para hidratarnos, escuchar los aportes de un padre de familia, un docente, un agente de la policía y un estudiante, ante las preguntas ¿por qué es importante cuidar el entorno ambiental? Y ¿por qué son importantes las caminatas ecopedagógicas?


Antes de iniciar el ascenso más prolongado de unos 850 metros el profesor realizó unas observaciones: la principal era la de caminar en fila india para no tropezar unos con otros y así evitar la posibilidad de que varias personas resbalen  y caigan al tiempo. En adelante, el camino en algunos sectores es muy angosto, peligroso, y toca agarrarse de las raíces para poder subir o superar un obstáculo. Luego arribamos a la tercera neveritas, la cual es formada por una caída de agua de unos 5 metros; lugar agradable para disfrutar de un baño en época de lluvias por el aumento de su caudal.

A falta de un buen estado físico algunos estudiantes empezaban su viacrucis, el cansancio y el sudor se evidenciaba en ellos. Manuel Felipe (un estudiante) por ir mirando  hacia la copa de los árboles, se enredó con una raíz y cayo, luego saco fuerzas, se levantó y continuó. En efecto, alguien comentó: las raíces protegen el suelo, lo afirman y evitan la erosión en las pendientes. A continuación uno de los agentes de la policía exclamó: Las raíces que se encuentran por estas pendientes nos ayudan a subir más fácil.

Más adelante observamos los micos por primera vez, una manada bastante numerosa que de rama en rama se iban perdiendo de vista. También se ven aves, entre ellas el gavilán acechando a su presa y toda clase de insectos desde mariposas hasta arañas. Luego de un rato, ¡qué alegría¡  llegamos por fin al nacimiento del caño Juampablito,  donde gota a gota se va formando el riachuelo en época de verano. Y así, arribamos a la cima de la montaña donde nos hidratamos por segunda vez.


Continuamos por la cima, a orillas del camino  encontramos  el nido de un calientapuesto, especie que sólo empolla un huevo por parvada, un estudiante padrino y un agente de policía se quedaron cuidando que nadie lo fuera a pisar (al día siguiente era un polluelo). A medio camino, por la cima encontramos otro nacimiento de otra microcuenca, la del caño Patarroyo. Por entre la vegetación empezamos a divisar el río Guatiquía, parte de la ciudad de Villavicencio y  la inmensa llanura pegada al piedemonte llanero, la vista era hermosa y espectacular. Llegamos a un potrero y un estudiante exclamo: qué lástima esto debería ser también un bosque.


Por suerte para todos, iniciamos un corto pero empinado ascenso de unos 150 metros, llegamos a la zona de descanso, el profesor pide el favor de quedarse de pie, pero realizando suaves movimientos para evitar los calambres y contratiempos de salud. Padrinos y ahijados se reunieron por grupos a hidratarse y compartir las viandas entre risas y comentarios;  todos resultaron comiendo de todo.

Al terminar el compartir, se inició la sesión de fotografía, video y comentarios ambientales. Todos empezaron a tomar una y otra, con su padrino, los alumnos de once la del recuerdo de la última caminata. Así mismo, los padrinos comentaban a sus ahijados la importancia de cuidar el entorno ambiental. Recolectaron los residuos inorgánicos mientras que los orgánicos fueron depositados debajo de las hojas.
Se reinició la caminata con el último ascenso que conduce al mirador, luego se continua con un descenso peligroso, durante este algunos estudiantes se resbalaron por no tener en cuenta las recomendaciones dadas y cuesta abajo fueron a parar con un ligero golpe en sus glúteos; ¡risas, más risas,  recuerdos para no olvidar!.



Continuamos por la cima, nos acompañaba siempre el trinar de las aves sobre todo el de la mirla blanca, los arrendajos, los comequesos y azulejos entre otros. Una pequeña culebra cazadora se atravesó en el camino pero sin contratiempos se fue por entre las hojas secas. Nuevamente aparecieron los micos, otra vez la naturaleza que  rodea el colegio se muestra en todo su esplendor. Entonces, llegó el inconveniente para los estudiantes que malgastaron el agua, a estas alturas una gota vale más que un puñado de oro y con ¡cara de cansados! ruegan a uno y otro por un poquito del preciado líquido.

Después de un rato iniciamos el descenso  de unos 1.800 metros hacia el colegio por un camino angosto y lleno de ramas de los arbustos, uno que otro estudiante las soltaba sin precaución, dando un golpe en la cara del compañero que le seguía, también se presento una que otra caída, situación que daba paso a las risas. Aparece el pasto que corta la piel y  la única alternativa es caminar despacio para evitar lastimar la piel de los brazos y el rostro, así mismo aparece un nido de avispas y se recomienda tener cuidado al pasar.  Por este sector abunda el musgo, planta herbácea importante por ser un buen retenedor de agua, actuar como esponja, evitar la erosión del suelo y ser el  hábitat  preferido de serpientes como las cuatro narices.



Antes de terminar el descenso divisamos la casa del Mono y sus perros se acercan ladrando como si fuésemos personas extrañas al sector, él levanta un garrote y todos hacen silencio por un momento pero luego continúan ladrando.

Después de varias horas regresamos al punto de salida, unos gritaban y otros entonaban el himno del colegio: Juampablistas, Juampablistas_ estudiemos con amor__construyamos nuestro mundo_ por una patria mejor_….  Todos sacaron de sus mochilas los residuos para reciclarlos. Por su parte el profesor agradeció a todos por el buen comportamiento durante la actividad, el apoyo de los padres de familia, del  mono y de la policía. 

Para terminar se invita a una próxima aventura de enseñanzas, compartir y disfrute físico como  también al cuidado y conservación del bosque y sus componentes.

 Video caminata ecopedagógica 2012, pulsa en:
  http://www.youtube.com/watch?v=XsbzsIFDHnI








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