sábado, 17 de marzo de 2012

Lo ambiental debe ser social”


Kjorven es director en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y promueve la próxima conferencia internacional sobre desarrollo sustentable Río+20. Sostiene que las políticas ambientalistas sólo tendrán consenso si son articuladas con la justicia social. El cambio climático.
"Las políticas ambientales sólo lograrán consenso si se articulan con políticas para la justicia social", sostiene Olav Kjorven, director del Departamento de Políticas para el Desarrollo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El destacado funcionario internacional asegura que la conferencia Río+20, sobre desarrollo sustentable, que se efectuará en junio próximo, "puede hacer posible establecer una agenda diferente". Admite los graves problemas ambientales que enfrenta la humanidad –el crecimiento en la emisión de gases de efecto invernadero, la "crisis de extinción de especies", la sobreexplotación pesquera, el desmanejo del agua dulce–, pero señala cambios positivos en lugares previsibles –como Noruega– y menos previsibles –como China o México–. Destaca también logros en el orden de la sociedad civil, tanto en el aspecto social –los ocupantes de Wall Street, los movilizados en países árabes– como en el ambiental: la creciente conciencia, en las religiones, de que es responsabilidad de los creyentes velar por la integridad de la Creación... también en términos ambientales.
–En los últimos años, sucesivas conferencias internacionales sobre cambio climático no registran avances significativos, mientras los plazos se acortan cada vez más. ¿Podría revertirse esta situación en la Conferencia sobre Desarrollo Sustentable Río+20, este año?
–Es frustrante ver que el progreso de una reunión a otra es tan lento, que es tan difícil lograr acuerdos fuertes. También debemos reconocer que se trata de cuestiones complejas, asuntos políticos, donde los países tienen diferentes intereses. Sin embargo, desde la Conferencia de Río hace 20 años hasta hoy, hemos visto progresos. El ejemplo más conocido es el del control de la emisión de sustancias químicas que afectaban la capa de ozono. Sobre la base de este éxito, en los últimos años la cooperación internacional logró resultados también en el control de otras sustancias. 
Por Pedro Lipcovich 

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