martes, 15 de septiembre de 2009

Notiecológicas

Agricultura de conservación: Cuando los acuíferos se agotan



Si los europeos valoráramos los recursos edáficos como se hace en USA, no habríamos alcanzado las cotas de degradación de suelos que hoy padecemos. La noticia que vamos a ofrecer hoy es una clara muestra de ello. En una región de las altas llanuras de Texas, el abuso de irrigación comenzó a vaciar el acuífero. Se trata de una zona semiárida en donde el recurso agua es un bien escaso. Bajo los usos que se llevaban a cabo, los contenidos de materia orgánica del suelo a penas alcanzaban la cifra del 1%. En consecuencia, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), junto a universidades y asociaciones agropecuarias, iniciaron un ambicioso proyecto: encontrar sistemas de usos del suelo sustentables, económicamente rentables y eficientes en el uso del agua (al parecer, al menos en muchos enclaves, reconvirtiendo las parcelas cultivadas bajo riego a sistemas de secano).


La retención del agua por los suelos demanda una buena estructura y, como corolario, contenidos elevados de materia orgánica. También se contabilizaron las praderas cuyos suelos se encontraban degradados, las cuales fueron dejadas en barbecho (sin cultivar durante unos años, con vistas a que los suelos subyacentes mejoraran propiedades hidrofísicas). Con vistas a cumplir tales propósitos, con anterioridad a que el acuífero se agotara, se testaron múltiples sistemas de uso con diversos tipos de rotaciones de plantas (el algodón debía ser por allí el cultivo predominante), distintos procedimientos de rotación, viabilidad de su reconversión a pastos, eficacia de los cortavientos, reforestación, etc.


Sabemos que monitorizar los cambios del suelo, bajo distintos usos, puede requerir mucho tiempo. Conforme a estudios llevados a cabo previamente, se sabía que no se observarían cambios significativos de los contenidos de materia orgánica antes de los 10 años. ¡Demasiado tiempo!. En consecuencia, algunos investigadores entre los que se encontraba Verónica Acosta Martínez, comenzaron a indagar si podía estimarse la mejora (o deterioro) de la calidad de los suelos mediante otros procedimientos, como lo es la microbiología y la enzimología de suelos.


Finalmente detectaron que analizando la diversidad microbiana de las comunidades del suelo mediante técnicas moleculares, tal periodo de espera podía reducirse a 3 años. Para ello utilizaron una técnica de análisis de DNA denominada de “piro-secuenciación”. Los resultados, en opinión de los autores fueron todo un éxito. La biodiversidad microbiana funcionaba como una eficiente indicadora de las mejoras que se iban produciendo en la calidad del suelo bajo las diferentes pruebas realizadas para los usos alternativos testados, y a largo plazo también predecían los contenidos de materia orgánica. Así mismo, detectaron un aumento del carbono orgánico de origen microbiano.



Resulta esclarecedor que, cuando las cosas se quieren hacer correctamente, finalmente se alcanza el éxito. Los granjeros y rancheros cedían parcelas para los test que realizaban los expertos, mientras que otras instituciones gubernamentales y estatales subvencionaban las posibles pérdidas económicas ocasionadas por los mismos a sus propietarios. Los pastos cuyos suelos eran altamente erosionables fueron preservadas del pastoreo sobrepastoreo (por una década) en el contexto de este programa, etc



El Proyecto parece que se encuentra cerca de su finalización, llegando la hora de planificar la gestión del territorio y los usos sustentables que pueda albergar con un uso eficiente del sistema suelo-planta-agua. Si comparo estas iniciativas con la desidia gubernamental y ciudadana existente en España (y posiblemente también en otros países de Latinoamérica y de la propia Unión Europea), uno solo puede sentir una sana envidia.
Por: Juan José Ibáñez
Foto: Daily Yonder. Rancho en los altos llanos de texas con cortavientos.
Los notas de prensa incluyen mucha más información y los enlaces a los que direcciona resultan ser de suma utilidad.


Lea más sobre esta investigación en la revista 'Agricultural Research' de agosto del 2009.

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